Se lo que estáis pensado."Joder Drew, tu si que estás escasa a de creatividad eh? 10 días sin pasar por aquí y ahora nos vienes a soltar un post absurdo sobre las prohibiciones que ya conocemos todas. Que si el jamón, que si el sushi, que si lavar las ensaladas.... Si nos lo sabemos de memoria, no vas a inventar nada nuevo!"
Lector@s de poca fe... No, no va de eso la cosa. De hecho, creo que me conocéis lo suficiente para suponer que me he saltado a la torera el 90% de esas recomendaciones (tengo el post pendiente para cuando me apetezca recibir comentarios del tipo "eres una inconsciente y una #malamadre y te mereces lo peor por poner en riesgo tu embarazo por un rollito de sushi", pero ese día no ha llegado todavía). Hablo de la cosas que realmente NO PUEDES HACER. No que no debas, o que no te apetezca. Aquellas pequeñas cosas que quedaron fuera de tu alcance cuando perdiste tus preciosos músculos abdominales a cambio un lechón que te clava el pie debajo de las costillas. Cosas fáciles, cotidianas, pero que ahora están a una tripa de 32+4 semanas de distancia. Cosas que muchas madres blogueras comentaron o insinuaron, y yo no las creí. Si, ya se que eso ya lo dije una vez y prometí hacer penitencia, pero ya sabéis que yo soy de tropezar muchas veces con la misma piedra. Cosas que quiero recuperar algún día, pero que ahora me parecen muy muy lejanas, cada vez más. Y no pido mucho, de verdad, no os vayáis a creer.... En fin, a lo que iba. Si estás pensando en multiplicarte, o ya tienes el útero ocupado pero todavía tienes una tripa que te permite moverte, vete despidiendo de lo siguiente:
- Ponerte los calcetines y los zapatos: En cuanto a los calcetines, hasta ahora consigo ponerme el izquierdo, pero el derecho ya es otra historia. No se si hay un motivo lógico o soy yo que estoy mal hecha, pero eso de salir de la ducha e ir con los calcetines en la mano en busca de Tarek con cara de "me ayudas?" es ya una rutina normal en casa. Lo de los zapatos, deportivas sin abrochar vale, pero el resto... ya sabéis a quien le toca.
- Depilarte: Yo me depilo con cuchilla, y hacerlo a ciegas es... inútil. Con la tripa no me veo, me cuesta agacharme, no atino.... En fin que no es una buena opción. Solución? Taaaaaareeeeeeeeeeek!!!!!! El problema es que a el le da miedo cortarme, así que ando siempre a medio depilar, dependiendo de que se acabe antes: mis ganas de hacer de contorsionismo o la paciencia del santo que habita conmigo.
- Ponerte una bata sin parecer mayor de 65: Antes, salir de la ducha y ponerme un albornoz era un placer. Ahora es un momento maruja total, con la cuerda de la bata atada justo por debajo del pecho. Ni mi abuela, oigan.
Imagen de http://www.mitmatmama.com/
Nos pintan esto, pero cualquier parecido con la realidad es pura casualidad.
- Levantarte del sofá: Hace semanas que necesito una grúa egipcia en forma de brazo marital para levantarme. Cuando al principio del embarazo me decían que me pusiera de lado antes de levantarme, flipaba. Ahora lo entiendo, vaya si lo entiendo.
- Girarte en la cama: Recuerdo leer en varios blogs eso de girarse en la cama a base de saltos, balanceos y movimientos extraños. Hoy me he sorprendido a mi misma haciéndolo. En fin...
- Bajarte del coche con dignidad: Abres la manivela. Coges impulso para, con el codo, empujar la puerta lo suficiente para que se abra. Vuelves a coger impulso para que salgan la piernas. Sales haciéndote de grúa a ti misma. Rezas para que no hubiera nadie mirando.
- Subir o bajar escaleras: Agarrada al pasamanos, con cara de pánico y como si me acabaran de operar de una o ambas rodillas. Esa era yo bajando al parking de Velazquez este lunes. Al subir, simplemente quise morir.
- Tumbarte boca abajo para recibir un masaje: Si hay algo genial de estar embarazada, es que tu marido jamás te niega un masaje. Y a estas alturas un masaje es mucho mejor que una tarta de chocolate con fresas, el olor de la hierba recién cortada, o cualquier cosa que por regla general te parezca maravillosa. El caso es que en posturas extrañas pierde algo de magia. El único consuelo es que lo único mejor que un masaje en la espalda es un masaje en los pies, y para eso no hay problemas posturales.