PF con mes y medio y yo
Hoy PF cumple 2 meses. El primer mes se me pasó volando, y hasta me dio pena porque me daba la sensación de que me estaba quedando sin bebé pequeño. Ahora que tiene 2 meses, tengo la sensación de que lleva con nosotros toda la vida y que es un bebé muy mayor (y lo que me queda).
A primera vista hay 2 cosas de PF que impresionan. La primera, su color de piel, que es exactamente igual que el de su padre. La segunda, su tamaño. Acabamos de llegar del pediatra y aquí el lechón pesa ya 6,400kg y mide 60,5 cm. Salir con él a la calle conlleva inevitablemente la siguiente conversación:
- Hala, que bebé más guapo! Y que color de piel!
- Gracias! Si, es que se parece a su padre
- Cuanto tiempo tiene?
- Va a cumplir 2 meses
- Solo???? Pero si está enorme!!!
- Ya...
* Pero esto nació por parto natural? (Lo del "esto"es verídico, me lo soltó una señora en la farmacia)
- Si, pero no era un niño grande, 3,700kg
- Y que le das de comer? Le das el pecho?
- Si, solo pecho
- Pues hija, está enorme.... Si mi hijo/sobrino/nieto/primo/vecino pesa menos y es mas mayor...
Y ya me empiezo a sentir incómoda, porque ya no se que decir. Si, es grande. Toma pecho a demanda, así que no es que yo le cebe. No depende de mi, pero parece que tengo que ir por la vida pidiendo perdón por tener un mostrenco de hijo. Más pena me da a mi, que tengo la espalda echa una pena, y el bebé pequeñito recién nacido me duró menos que un suspiro. Eso sin contar la cantidad de ropa que apenas ha podido estrenar. Menos mal que el 90% era heredado, pero yo me niego a comprarle absolutamente nada hasta que no baje un poco el ritmo de crecimiento.
Por lo demás es un bebé muy guapo (que voy a decir yo, que soy su madre), muy fuerte (eso lo dice su pediatra) y que se parte de risa desde hace un par de semanas, y consecuentemente nos hace partirnos de la risa a los demás. Creo que sobra decir que es un zampón, que sigue sin aceptar un biberón o un chupete bajo ningún concepto y que lo de dormir lo lleva más o menos bien. Duerme con nosotros en la cama, de vez en cuando en su cuna sidecar, y todos somos la mar de felices con ese arreglo. Y poco a poco se está convirtiendo en un niño "enmadrado" para placer y disfrute de una servidora.
Y yo no se si serán las hormonas, o la locura transitoria, pero yo tengo la sensación de que lleva con nosotros toda la vida. La lactancia es casi una rutina tan normal como ducharse o lavarse los dientes, cambiar pañales ya no requiere una mentalización previa, y ya no muero de miedo cada vez que tengo que ir a un sitio nuevo con el niño. Si le cogiera algo más de práctica al porteo, todo sería perfecto. Me gusto mucho más como madre que como no-madre (bueno, eso sería totalmente cierto si me quitara los kilos de más) y pese al estrés del tema laboral, disfruto mucho de este nuevo papel.
Seguiremos contando avances :-) Feliz finde!