Imagen super idílica (pero a mi no me engañan!) sacada de
Hace muchos meses escribí una entrada contando mis aventuras mañaneras, y dejé caer que en Octubre os contaría a donde iba esa mañana en la que PF decidió usar mi ropa de pañal. Pues bien, ya estamos en Octubre, desde hace un buen rato de hecho.
Esa mañana iba a una sesión de fotos para una campaña sobre Psoriasis en colaboración con Acción Psoriasis y una empresa farmacéutica. Si, soy la única loca a la que se le ocurre aparecer en fotos a las 6 semanas de parir, tras un embarazo en el que engordé 25 kilos, sin pasar por la pelu ni por una mera depilación de cejas, y con el pelo resultante de una ducha exprés 10 minutos antes de salir de casa. Valiente soy un rato, no me lo podéis negar.
Si la locura transitoria hubiera acabado ahí, vale. Porque oye, el fotógrafo era la leche y con esta materia prima hizo muy buen trabajo. Pero semanas después, recibí otra llamada de Acción Psoriasis: "Oye mira, que el día 29 es el día internacional de la Psoriasis y la farmacéutica te invita a la presentación de la campaña, para que hables un poco de tu experiencia. Por cierto, es en Suiza."
Ya decía mi madre que yo desde mi más tierna infancia siempre me he apuntado a un bombardeo. 30 años y sigo igual, que le vamos a hacer. Me acordé de esa madre llevando a su bebé al parlamento europeo y pensé que si ella se puede, yo también.
Resumiendo, que mañana PF y yo nos vamos a Suiza. El planazo incluye viaje en avión, cena en restaurante guay, hotel, y al día siguiente presentación y charlas. Mola eh?
Que si, que me apetece un montón. Pero solo me dan miedo un par de cosillas tales como:
- Que tal me voy a manejar sola con un bebé para coger un avión
- Si los pasajeros de mis transportes varios no me acabarán tirando por la ventana cuando PF salude a todos con sus gritos de delfín.
- Que el taxista no me abandone en medio de la ciudad cuando PF se ponga a llorar en el coche
- La cena en todas sus variantes. Porque PF puede ser un santo o armarla.
- Sacarme la teta en todos lados. En el taxi, en la cena, en la presentación, en el avión.... Que no es por pudor, es por tanta historia de miedo ya leída.
- Conseguir ducharme sin nadie que me vigile al enano.
- Llegar a todos los sitios sin vómito en la ropa.
- No perder el avión de vuelta
- No morir de un ataque de nervios
- Si mi brazo aguantará los 9 kilazos del enano sin padre al que enchufárselo. Bendito Mei Tai.
Y podría seguir la lista hasta el infinito, pero ya entraríamos en cosas como que el avión traiga un paciente con ébola, o que haya un tornado en Suiza, o que me encuentre a medio gobierno en el viaje y de la exclusiva de mi vida (dado el destino, altamente posible). Si, se me va la cabeza, lo se. También se que es un bebé y que se comporta como tal y el resto del mundo debería entenderlo, pero el "resto del mundo" es un concepto que admite demasiadas variantes.
En fin, que todo esto era para pediros que
A) Me contéis todos los trucos habidos y por haber para viajar con un bebé de 5 meses.
B) Recéis por mi, me encendáis velas o lo que os de la gana. Pero en cantidades industriales.
Os he programado un post para el miércoles que tenía ganas de publicar hace tiempo. Por lo demás, a la vuelta os cuento.